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A menudo nos preguntamos si viajar en el desierto es un lugar seguro para los niños y niñas de nuestra familia. La respuesta, evidentemente dependerá de cada persona, pero en general y, por nuestra experiencia, el viaje con niños y niñas ha sido espectacular, siempre.
Para ellos ha sido una aventura extraordinaria. Han conocido paisajes muy distintos a los que están acostumbrados, han probado alimentos y comido otros sabores, han visto a niñas y niños de una cultura diferentes vivir de manera distinta a la suya, jugar por las calles, gritar, reír, llorar...
En el desierto han encontrado un horizonte espectacular, kilómetros y kilómetros de nada. Se les explica que aún existen algunas familias nómadas que viven, con sus hijos e hijas, en el desierto, montando sus campamentos cerca de algún pozo. Tienen animales a los que cuidar, que suelen encargarse los niños, de pasear y acogerlos cuando se va haciendo de noche. Puede que también encontremos alguna familia en el trayecto hacía las dunas de Erg Chigaga que, seguro, con toda su amabilidad nos recibirán con un te y pondrán una alfombra para que nos sentemos con ellos. Los conductores, casi siempre llevan alguna cosa para poderles dejar; algo de ropa, galletas, leche... Hay un intercambio muy bonito, que los niños y niñas de nuestras familias recordaran para siempre.
Además de la cultura y tradición que nos brinda todo el viaje al desierto, una vez llegamos a las dunas, hay un sentimiento de libertad en el ambiente. Horizonte de dunas donde tirarse en "croqueta" y volver a subir, correr entre las dunas sin la presencia de los adultos y volver al campamento, el aire que se respira en el lugar... y una vez llega la noche, miramos arriba y solamente vemos estrellas, un mundo nuevo, un infinito estelar, sentimiento de paz.
En ruta desde Marrakech hasta el desierto se suele hacer una parada en las poblaciones de Zagora, Tagounite o M'hamid y, al día siguiente se entra al desierto. También, si los padres lo valoran, y disponen de más días de viaje, puede hacerse alguna otra etapa. La ruta del primer y último día es larga, pero en ella se hacen paradas, donde descansar y los viajeros siempre pueden pedir más descansos en la ruta. La comodidad y el bienestar de nuestros viajeros es muy importante para nosotros.
Así que, si queréis viajar en familia al desierto, animaros. Para ellos será un precioso regalo para toda la vida.