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El día 29 de junio pasado empezó el Ramadán, el evento más importante para un musulmán. Para los musulmanes es obligatorio hacer el Ramadán, que se basa en dejar de comer durante las horas de sol. A parte de ayunar, el Ramadán tiene otros significados (ayuda al prójimo, limpieza interior, valoración de las pequeñas cosas que nos ofrece la naturaleza, etc.). Durante este mes, si viajamos a Marruecos, podemos encontrar un auténtico cambio en la vida de los autóctonos.
Hay momentos clave que el viajero va a recordar. El primer momento: minutos antes de la primera comida es un momento que parece que el mundo se para. La gente va a sus casas y la ciudad queda vacía. Por ejemplo, si se va en autobús parará, dejando un largo rato para comer. Algunos comercios cambian sus horarios y algunos establecimientos de comida están cerrados durante el día. Otro momento clave: pocas horas después de la primera comida, la vida de la calle renace hasta más allá de la medianoche. Durante el día encontramos un país espiritual y, en la noche, un país divertido y animado.
En los circuitos organizados en Marruecos el viajero no va a notar la diferencia ya que la propia organización tiene en cuenta los horarios y podremos encontrar lugares, en la ruta, donde sirvan comida como normalmente.
Marruecos es un país turístico por lo que el viajero se encontrará muy bien atendido en todos los sentidos. Es una buena opción viajar a Marruecos en el mes del Ramadán y puede ser una experiencia muy enriquecedora, si la intención es conocer otras culturas.