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Si has escogido Marruecos como tu próximo destino vacacional te presentamos 10 cosas que no puedes dejar de hacer en tu viaje:
- Un hammam tradicional. Los hammams son los baños públicos donde podrás disfrutar de un maravilloso momento para tí. Los encontramos en cada pueblo y ciudades. Separados de hombre y de mujeres. Suele haber tres zonas, de menos calor a más. Normalmente se utiliza el jabón negro o beldi, hecho con aceite de oliva negra. El jabón se aplica a la piel como exfoliante. Pasados unos diez minutos se utiliza un guante para ir sacando la piel muerta del cuerpo. El ritual suele durar una hora o más ya que después puedes pedir que te hagan un masaje. En algunos hoteles o Riads encontramos hammams privados donde, a veces, permiten la entrada de hombre y mujer al mismo tiempo.
- Tatuaje de henna. Tatuarte las manos y pies con henna es un ritual común en las mujeres marroquies. Conocer y disfrutar de este momento con las mujeres es un punto de acercamiento a la cultura marroquí que no puedes dejar de conocer si viajas a Marruecos. Lo único que tienes que tener en cuenta es que sea henna verdadera, la henna negra la tintan con quimicos y eso puede afectar a tu piel.
- Una noche en haima en el desierto. El desierto es uno de los lugares más mágicos de Marruecos. Si viajas al país marroquí te recomendamos hacer una excursión al desierto, dormir en un campamento de haimas o bajo las estrellas.
- Un paseo en dromedario en el desierto. El dromedario es el mejor amigo de los nómadas. Hoy en día subirse a lomos del dromedario y hacer un paseo por las dunas, te transporta a tiempos remotos, además de ser una bonita experiencia.
- Comer cous-cous. El viernes es el día que se come cous-cous en Marruecos. Normalmente se hace con carne y verduras pero puedes encontrar solo verduras o con pollo. El cous-cous es un plato típico de Marruecos. Con una elaboración de unas 3 horas a fuego lento. El grano de cous-cous se cocina al vapor con el agua de las verduras y la carne. ¡No puedes marchar de Marruecos sin haber saboreado un buen cous-cous!
- Pasear por la Medina. Las medinas son la parte vieja de la ciudad, rodeadas de murallas y con callejuelas laberínticas. Perderse por ellas es normal si no se conoce muy bien la medina, pero forma parte de la aventura.
- Visitar una Kasbah. Las kasbahs son fortificaciones que forman parte de la arquitectura tradicional marroquí. En todo el país encontramos varias y algunas de muy conocidas y declarada Patrimonio de la Humanidad, como la Kasbah Ait Ben Haddou, a pie del Atlas. Hay otras como la Kasbah Telouet, Taourirt... entre tantas. Pero si viajas a Marruecos tienes que visitar almenos una kasbah que te hará volver a tiempos pasados...
- Compartir un té. Compartir un té con personas autoctonas es una manera de conocer uno de los rituales más famosos del país. Observar como se prepara un buen té y saborearlo bien caliente, tanto en invierno como en verano. Recordamos una frase de los nómadas del desierto: "un té sin burbujas es como un nómada sin turbante".
- Comer un tajine a tú gusto. El tajine forma parte de la gastronomía marroquí. Puedes encontrarlo de carne de ternera, de pollo, de verduras...
- Dormir en un Riad. En Marruecos puedes encontrar hoteles para alojarte en tus vacaciones pero nosotros recomendamos hacerlo en un Riad típico. Los Riad's son típicas casas-palacio reformadas y con arquitectura marroquí que no te dejarán indiferente. Suelen disponer de una entrada - recepción - comedor, con las habitaciones en la primera planta y una terraza en la planta superior. Normalmente disponen de 5 o 6 habitaciones por lo que el trato es muy personal y agradable. Estan situados en la medina.